Salvadores de la patria

19 de febrero de 2009

Ciñéndonos exclusivamente a las leyes de la física nos daría exactamente igual tirar desde lo alto de la Giralda al Dr. Rodríguez Braun o una pelota de tenis para demostrar que la aceleración de la gravedad es 9,8 m/s2. Las leyes de la física son así, no entiende ni de sentimientos ni de riqueza o pobreza, sólo de matemáticas. Afortunadamente para la humanidad (o no) los experimentos de este tipo los realizan científicos que aunque a veces pueda parecer otra cosa son seres humanos y por lo tanto capaces de entender las funestas consecuencias que tendrían para la silueta de tan ilustre y simpático “humorista” de la información económica una caída desde esa altura.

Uno, que es de ciencias puras y en teoría de escasa formación humanista, tiene claro desde siempre que eso de tirar personas por la azotea está muy mal y por eso me sorprende que no ocurra lo mismo entre los preparadísimos, pulcros y sofisticados economistas, pseudo-economistas y talibanes del mercado que con tanta pasión defienden el actual sistema neoliberal, liberal-capitalista o como le quieran llamar. Me refiero a esa gente que ni en público ni en privado son capaces tan siquiera de cuestionarse el sistema (el único), esos que miran con desdén xenófobo y el desprecio del intelectualmente superior a cualquiera que ose criticar el modelo (el único) y para los que la culpa siempre es de la gente, de la administración metomentodo o simplemente del cha-cha-chá, Esta gente que no tienen tampoco el menor escrúpulo para tirar a quien sea por la azotea con tal de salvar la economía occidental. O si no, ¿qué es eso del despido libre?

Según cuentan estos venerables salvadores de la patria el hecho de que un colectivo de tradicional y reconocido sentimiento altruista como el que ellos representa reclame el despido libre (y gratuito, ojo) responde fundamentalmente al interés del propio trabajador. Estos sabios modernos demuestran la aceleración de la gravedad, perdón, justifican tan “solidario” reclamo con la siguiente regla de tres: si no cuesta nada echar a la gente el empresario, ese tipo de naturaleza solidaria cuyo objetivo en la vida como todos sabemos es el bien de la humanidad, creará más empresas sin el lastre de tener que pagar a los peones en el caso de que las cosas fuesen mal dadas con lo que habría más empresas en las que los peones pudiesen trabajar. Sólo es cuestión de que los estúpidos, vagos, iletrados y despreciables peones modifiquen su concepto de “movilidad” y “adaptabilidad”. ¿Dónde aparece en la ecuación las consecuencias de que un trabajador con 48 años, dos hijos y un trozo de hipoteca que pagar aparezca de repente en la calle sin un duro?. Probablemente no aparece en la ecuación porque para esta gente no existen. No pretendo hacer demagogia, simplemente tengan en cuenta que hablamos de gente los que la economía de un país (y por lo tanto el país en sí) va estupendamente cuando los bancos y monopolios recientemente privatizados doblan beneficios cada año durante una década pero se mantiene invariable el sueldo de sus trabajadores durante el mismo tiempo, eso a pesar de ser los sueldos más bajos de la UE. Tipos en definitiva que entienden que en el mundo sólo hay un par de continentes que cuentan y que el resto son mitad granero, mitad estercolero o que los únicos seres humanos respetables son aquellos potencialmente sensibles a los avatares de la bolsa.

Me imagino lo divertido que tiene que ser el despido libre (y gratuito) en un país como este donde tener un trabajo es considerado un privilegio y donde la amenaza de perderlo te hace ser sumiso a tu jefe hasta extremos que atentan contra la declaración de derechos humanos, donde la jornada laboral se extiende gratuitamente hasta el momento en el que a tu superior inmediato le salga de los mismísimos, donde tenemos que sentirnos tercermundistas cada vez que ese consultor europeo que viene a hacer el mismo trabajo que tú te dice lo que cobra y resulta ser el doble, donde los puestos de formación profesional están ocupados por ingenieros técnicos y los de ingenieros técnicos por ingenieros superiores todos ellos mal preparados, donde trabajar los dos miembros de la familia no es una cuestión de liberación de la mujer sino de supervivencia, donde la única forma de recibir un aumento de sueldo es saliendo del convenio y renunciando a tus derechos como trabajador, donde el presidente de gobierno no sabe inglés y es incapaz de hablar con nadie de otro país sin intérprete pero a ti te exigen el First Certificate para ser almacenero o donde la ineficacia laboral es el resultado natural del pobre ser humano que sabe que ocurra lo que ocurra va a tener que estar doce horas en su despacho y se lo toma con filosofía. Debe ser divertidísimo añadir a este Cocktail la espada de Damocles emocional de que tu jefe pueda decirte el viernes por la tarde que el lunes ya no vengas simplemente porque ha perdido al Paddle. ¿Qué tengo mal concepto de la patronal? Piensen el que tienen ellos de los trabajadores.

Doctores, lisensiados y listos en general, sálvense ustedes, conserven su cuatro por cuatro, su casa con pinos y sigan engañando con la misma elegancia que hasta ahora pero no salven al mundo en mi nombre, anda. Se lo pido por favor.

1 comentarios:

Samuel Tristán dijo...

Me has arreglado el viernes, hoy que venía bien dormido y poco deprimido.
No puedo estar más de acuerdo, compadre.