La generación perdida

11 de febrero de 2009

De entre los muchos discursos que un humilde ciudadano como yo se tiene que tragar explicando el por qué, el cómo, el cuándo o el para qué de esta crisis hay uno especialmente que me hace sacar las uñas y es el de esos intelectualísimos que manifiestan desde su pulido Olimpo eso de que la crisis “es buena”. Hay varias modalidades de tan “valiente” aseveración pero la más aceptada es esa que denuncia la generación conformista, indolente, iletrada y estúpida de jóvenes (y no tan jóvenes) que les ha seguido en la historia y que son los que la van a sufrir. Esos altivos efebos de la verdad verdadera pretenden informar al vulgo necio sobre los grandes beneficios que este “meneo” puede provocar en una generación tan fácil, tan mimada, tan consentida, tan hipotecada y psicológicamente tan débil. Tiene gracia que este tipo de soflamas elitistas venga siempre del mismo lugar, de ese mismo grupo de gente incoherente, de la misma generación que tomó el poder en su momento y no lo suelta ni a tiros. Esos que hablaban de levantar las aceras en Mayo del ’68 pero que se las han llevado a su chalecito a las afueras con pinos y seguridad privada. Esos que se han convertido en aquello que presuntamente denunciaban. Esos que en definitiva nos ha llevado a esta situación.

Cuando un servidor está en un restaurante y ve a un indómito niño chillando, subiéndose por las sillas, molestando a la gente del servicio o simplemente como se suele decir, dando por culo, no se me ocurre pensar que el culpable de tal situación sea el susodicho monstruito sino que piensa en los benditos papás que lo han engendrado que y son generalmente quienes lo han dotado de tan refinada educación. ¿Quién ha educado a las generaciones post “democráticas”? Pues precisamente esos que tanto las critican. Los que eran furibundos comunistas y ahora son locutores de la COPE, los que daban cien razones para salir de la OTAN y fueron precisamente los que nos metieron, los que iban de la mano de Franco y ahora son “demócratas”, los que hablaban de socialismo y ahora presiden las compañías privadas que antes eran públicas, los que defendían con uñas y dientes la ortodoxia católica y van por el tercer divorcio y la cuarta amante o los que decían (y dicen) creer en la administración pública pero no conocen la seguridad social desde hace años porque tienen seguros médicos, no conocen el transporte público porque no se bajan del coche y tienen la desfachatez de "defender" la educación pública cuando llevan a sus hijos un privadísimo colegio realmente bilingüe. La generación de los curas pederastas y de los solidarios profesionales. ¿Esa es la generación que nos tienen que dar lecciones a las generaciones siguientes? ¿Los hipócritas que se les llena la boca de democracia y transición pero tienen secuestrado el sistema como si se tratase de su cortijo particular?

¿Estos que cogieron las riendas en todos los aspectos de la vida (político, cultural, comunicación,…) con el cambio de régimen y no lo han soltado después de cuatro décadas son los que ahora se quejan de falta de ideas y renovación generacional? ¿Estos que llevan tirando mierda fuera desde entonces? ¿Estos que han hecho de todo: política, cine, arte, música, opinión, comunicación, periodismo… lobbies acorazados a los que es imposible acceder sin pasar por el aro o tener el carné de socio emitido por los dueños son los que se quejan del cinismo de las generaciones posteriores (cinismo primero, pasotismo después)? Un poquito de autocrítica hermanos. ¿No son capaces de ver que el mundo oficial se sigue manejando contra natura siguiendo los parámetros y las reglas de un tiempo en el que la mayoría de la población actual no existía? Quítense de la puerta de una vez, intenten descubrir como pensamos, júzguennos con parámetros de hoy y no con los de cuando tenían pelo porque a lo mejor un descenso en el número de periódicos vendidos no significa un desinterés de las nuevas generaciones sino que puede tener otras lecturas como que los mismos jóvenes prefieren informarse en internet, que el formato diario ya no tiene sentido en un mundo donde la información llega las 24h por todos los poros o a lo mejor es que simplemente ya no nos interesas las estupideces capciosas y faltas de objetividad que en un alto porcentaje llenan los diarios tradicionales, que por otro lado son los únicos que hay.

Tengan claro todos esos paladines de lo bueno y de lo malo eso si, que cuando vienen mal dadas el ser humano tiene el instinto de sobrevivir y eso afortunadamente no tiene nada que ver con las generaciones, ni con Adam Smith, ni Marx, ni Kant, ni Suresnes sino con la propia naturaleza humana de todos. Si vienen realmente mal dadas los pusilánimes, consentidos y débiles buscarán la comida donde esta se encuentre por los medios que puedan. No lo duden. No necesitan que ocurra para saberlo porque basta con ver a los desesperados subsaharianos como se tiran contra su voluntad en una barca de madera carcomida para jugarse la vida, pasar frío y calamidades como único medio de sobrevivir. ¿O es que ellos como son negros no cuentan dentro de la misma generación? Dígales precisamente a ellos, ustedes que también son responsables de que estén así, que les viene muy bien pasar por el Cayuco para hacerse hombres (o mujeres, no sea que se moleste la atareada ministra).

0 comentarios: