DIOS SALVE A LA CLIENTELA

11 de marzo de 2008

No sé si es algo con lo que todo el mundo estará de acuerdo o no pero personalmente suelo asociar a cada estilo musical, dentro de lo que es la música popular y en el amplio sentido de la definición estilo, una característica que lo define y sin la cual el propio estilo su esencia. El Folk de autor tiene que tener letras de contenido intenso, el heavy guitarras eléctricas y grandes solos, el punk actitud desafiante, el soul espíritu negro, el rap recitados, el funk ritmo bailable,…. y el pop tiene que ser bonito. No digo que los demás estilos no tengan cosas bonitas pero se me hace muy difícil concebir una magnífica canción pop que no sea bonita.

Al igual que muchos otros seres que pueblan este planeta de aficionados a la música servidor también preparó su lista de mejores discos del 2007 y la primera posición, por unanimidad entre las distintas e incompatibles muchas veces partes de mi cebrero, fue para THE CLIENTELE y su flamante "God Save the Clientele". Un disco francamente bonito.

Se trata de un grupo inglés del que yo no tenía ni idea hasta que un buen amigo y mejor músico me habló de ellos una afortunada y cálida noche de concierto. A pesar de que leo y escucho muchas opiniones aparentemente cualificadas sobre este fascinante e infinito mundo de la música, es raro que acceda a las recomendaciones de la gente en general sin más y completamente a ciegas. Más que una presuntuosa creencia en que nadie puede descubrirme nada nuevo se trata más bien de albergar la humilde certeza de que la buena música analizada por objetivos parámetros técnicos no es siempre la que más me gusta pero sobre todo que afortunadamente los gustos de las personas con criterio tampoco tienen porque coincidir, lo cual es algo que me encantaría tuviesen igual de claro muchos críticos. Aun así todos tenemos referencias concretas que sabemos que no van a fallar y este es uno de esos casos.

THE CLIENTELE hacen un Pop lánguido y melancólico perfectamente ejecutado que encaja a la perfección en la definición POP de belleza y elegancia. Habrá personas que les resulte aburridos y planos por aquello de tener que rebuscar en los matices de los juegos aparentemente simples de arpegios de guitarra. Habrá personas que les resulte demasiado indies, o demasiado fríos o demasiado blandos pero no es mi caso. Yo caí rendido a la primera escucha de este disco que considero muy bueno y volví a caer rendido (con menos sorpresa, obviamente) en la primera escucha de su trabajo anterior, strange geometry, muy en la línea de su continuación.

Una buena ocasión y una gran oportunidad a mi entender para no perder la fe en los creadores pop nacidos en la pérfida Albión.

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