19 de abril de 2007

"GRUPITOS QUE CANTABAN EN INGLÉS"


Andaba ayer servidor por las cercanías de la FNAC madrileña cuando me di cuenta que en pocos minutos se iniciaba una charla con Ariel Rot y Diego Manrique como consecuencia de no sé que presentación de disco. Reconozco que no domino la discografía de Ariel (más allá de su aportación a Los Rodríguez) y que lo muy poco que conozco tampoco es que me ponga los pelos de punta. Seguro que me estoy perdiendo algo pero eso es algo que tendré que descubrir otro día. El caso es que tengo debilidad por escuchar a la gente hablar de música, más si parece coherente lo que se dice, más si es por parte de músicos y más si por allí aparece un tipo como Diego Manrique.

Creo que el personaje de Diego Manrique está fuera de toda duda y que desde mi modesta opinión pertenece a esa rara estirpe en vías de extinción de los periodistas que saben de lo que están hablando. Por eso me quedé helado, sorprendido y decepcionado cuando entre flor y flor dirigida al señor Rot soltó un contundente alegato en contra del movimiento indie español de inicios de los 90. Vino a decir que Los Rodriguez vinieron a rescatar al público de las fauces de aquel “mediocre y prescindible” colección de “grupitos que cantaban en inglés”. Estaba tan aturdido con aquella frase que no sé si interpreté bien lo que dijo después pero entiendo que fue algo así como que aquella colección de barbilampiños que “fotocopiaban” a los grupos ingleses de entonces no supo recoger el testigo que estaba dejando los grupos de la movida.

Sinceramente señor Manrique, respetando su punto de vista, no estoy en absoluto de acuerdo. Tal y como yo lo entiendo aquel movimiento llamado indie surgió, envuelto además por oposición en una filosofía que rallaba lo talibán, precisamente gracias a que aquella banda de niños de papá que conformó la movida oficial no sólo no soltaba el testigo ni querían soltarlo sino que como una metástasis incurable empezó a ocupar todos los huecos del negocio, música y creación musical (y ahí siguen). Era el único sitio posible para todo aquel (indie, mod, soulero, alternativo o lo que fuese) que no comulgase con el Loquillo de turno. Estos avispados pero torpes empresarios disfrazados de estrellas del R&R eran los que impedían que llegasen células nuevas (indies o no) a los órganos importantes probablemente por miedo a que el mundo descubriese por comparación su verdadera talla como artistas y matando en el camino el normal devenir de la música en este país.

La industria musical española lleva desde entonces viviendo de los parásitos de “la movida”, dejando colar muy de vez en cuando a alguien que por supuesto les venera y sin poder evitar que aun así alguna vez se les cuele alguno por la parte de atrás. Sólo hay que echar un vistazo al catalogo de las multinacionales para verlo.

Justificar lo anterior basándose en la poca calidad y talento de los grupos de los 90 (y por ende de todo lo que ha venido después) creo que es sucio pero sobre todo ajeno a la realidad. Personalmente creo que jamás ha tenido este país tanta variedad, calidad y honestidad en la creación e interpretación musical como precisamente a partir de aquellos años 90 y una vez que la gente se atrevió a dar la espalda a los farsantes que todo lo dominaban y a hacer realmente lo que ellos querían hacer. Probablemente ocurrió algo parecido durante escasos segundos en los primeros tiempos de la movida, antes de que llegasen las aves de rapiña, pero ese es un periodo que muy pocos conoces y por supuesto nada tiene que ver con los protagonistas de los 6 trillones de libros o documentales que hay sobre la versión oficial.

Otra cosa es que aquel frenesí de "grupitos que cantaban en inglés", la mayoría de los cuales hoy están muertos, no tuviesen la hipócrita sed de gloria en papel moneda que tenían los anteriores o que no les sirviese a las garrapatas que rodean la industria para meter el dinero que necesitaban en los bolsillos.

Esta al menos es mi opinión.

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