Interpretaciones

22 de junio de 2011

Decía André Malraux que si los hombres llegásemos alguna vez a poder comprender ya no podríamos juzgar y probablemente tenía razón. Por esa razón la inmensa pléyade de opiniólogos, analistas, plumíferos y oradores que saturan el espacio periodístico (oficial) de Tontolabalandia pasan bastante de lo que pueda decir el tal André Malraux. Ellos juzgan antes de intentar comprender y lo hacen según las sólidas e inamovibles ideas de siempre. Las ideas que por cierto, y ellos lo saben, les ha llevado a estar dónde están. Aclaro, no estoy hablando de talento. Los análisis sesgados son eso, análisis sesgados por mucho que se disfracen de verosimilitud al venir por las ondas o en páginas de “reputada” tradición.

Decía Pascal que el hombre está dispuesto siempre a negar todo aquello que no comprende y eso lo sabe muy bien el colectivo de periodistas/columnistas/cacaeradores autodenominados “moderados” o “centrados” o “liberales”. Ese colectivo de personas que juzgan, analizan y diseccionan el fenómeno del 15M desde posiciones de trinchera y usando profiláctico cuando se acercan para no contraer enfermedades. Aupados en la superioridad moral e intelectual que se auto adjudican desprecian aquello que ni conocen ni quieren conocer. TEmiendo que lo desconocido afecte a su partido de referencia manipulan los datos a favor de la soflama de forma tan evidente como gratuita. La “minoría” de personas que simpatiza con el movimiento 15M y se declara de derechas no es relevante pero la “minoría” que emite brotes violentos si. Las propuestas mayoritarias y sin carga ideológica que reunieron a miles de personas en toda España no cuentan pero los amagos izquierdistas que de vez en cuando salen en forma de supuesta propuesta se toman como la biblia del movimiento. El puñado de propuestas políticas pero sin sesgo de partido (¡Existen!) como la reforma de la ley electoral, la representación democrática en los partidos, el marco burocrático, etc… se interpreta como “cuestionar la democracia”, que es el eufemismo que usa esta gente para hablar de regímenes autoritarios. No señores, por amor a la democracia se cuestiona lo que ustedes llaman democracia.

Decía concepción Arenal que cuando no entendemos algo o bien lo declaramos absurdo o bien la declaramos superior a nuestra inteligencia. En el caso del colectivo de periodistas/columnistas/cacaeradores autodenominados “progresistas” lo tienen claro y siempre toman la primera opción. Particularmente se me abren las carnes viendo como esa estirpe de militantes del PSOE disfrazados de periodistas serios “interpretan” la decisión de las bases de IU en Extremadura como “absurda”. Siempre desde la perspectiva del “único” partido de izquierdas (¡ja, ja,…!) que existe por aquí la decisión supuestamente “traiciona” a los electores, “apoya” a la derecha y tendrá “terribles” consecuencias. Señores, dejen a los electores de IU en paz que por cierto es lo que han hecho durante toda la vida. Siempre les han tratado con desprecio como si no existiesen así que sigan haciendo lo mismo. Señores, no apoyar al PSOE no es apoyar al PP. Superen el código binario y sean conscientes que los occidentales usamos el sistema decimal. No hay exclusivamente dos opciones. Relamente las opciones deberían ser infinitas. Señores, no amenacen. Aguanten el cabreo y asuman que las cosas que no salen siempre como uno quiere. Es lo que hacemos los demás.

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