Cuando uno es capaz de acceder al talento de un verdadero periodista, ese animal que personalmente tenía la certeza de que se encontraba extinto, además de sentirse abrumado por el peso de la inteligencia, el rigor, la experiencia y el talento, reconozco que acaba siendo también muy difícil eso de volver a escribir algo en un blog como este sin que se me caiga la cara de vergüenza. Yo no soy periodista (ni intento serlo) pero viendo la mediocridad que me rodea firmada por tipos que dicen serlo lo cierto es que no creo que cualquiera de las chorradas (o no) que yo pueda escribir aquí o en cualquier otro sitio desentone entre tanto ejercicio de estulticia. Eso sí, cuando leo una entrevista con David Simon (ex periodista del Baltimore Sun y conocido para el mundo por ser el padre y creador de “cosas” como The Wire) me dan ganas de cerrar todos mis blogs y dedicarme a escuchar atentamente y seguir aprendiendo antes de volver a contar lo que pienso.
La entrevista de Pedro Alzaga en ABC (ver aquí) es una maravilla y debería ser de obligada lectura no sólo en las facultades de Ciencias de la Información de todo el mundo sino que debería decorar las paredes de los despachos gerenciales de los señores que dirigen el monstruo del periodismo. Aviso al osado que tenga la intención de zambullirse en ella que la entrevista vive de espaldas a la “realidad” que marca la vida moderna, esa que como Twitter no te permite pasar de 140 caracteres para contar tu realidad aunque existan realidades para las que 140 caracteres no sean precisamente suficientes. La entrevista es larga, densa, difícil, con grandes párrafos, pensamientos y muchos detalles técnicos nada morbosos sobre la industria del periodismo, que al fin y al cabo es de lo que están hablando. A mí me merece la pena (y mucho) meterme en estas cosas porque yo creo que la realidad es así, densa, espesa, difícil, complicada y que no se puede muchas veces expresar las cosas con un sms mal escrito o un emoticono pero allá cada cual.
En cualquier caso modestamente me gustaría resaltar al menos algo de lo que dice el bueno del señor Simon. Ojo al siguiente párrafo:
“La televisión generalista depende fundamentalmente de la publicidad, del número de globos oculares que ven los programas. Así que no puedes ofender a nadie ni hacer nada demasiado complicado, pues debes mantener a todo el mundo mirando, incluso a la gente que está habitualmente distraída, aburrida o que es simplemente estúpida. La necesitas, porque la publicidad necesita a 10 ó 20 millones de personas viendo el programa y los 30 segundos de anuncio. Esta era la estructura económica de la televisión hasta que llegó el cable. Y sólo entonces pudimos saltarnos estas normas al escribir. “Mire, no me importa si confundo a algunos espectadores. Si no pueden seguirlo, que se jodan”. Tú puedes decir eso ahora, contar una historia con sentido y sobrevivir.”
Amén. Eso si, un matiz porque aquí se está hablando del cable en EEUU y me temo que las cosas son “ligeramente” distintas en el país campeón del mundo de fútbol. En España el cable es prácticamente la misma basura que las televisiones en abierto pero desfasada unas horas o unos meses. ¿Existe el equivalente a HBO por aquí? Evidentemente no y dudo mucho que alguna vez exista viendo la tendencia del personal a un lado y al otro de la pantalla. Salvo en el caso de los deportes, único contenido de las televisiones de pago que es verdaderamente único (aunque el único mérito que tienen para ello es pagar más dinero que la competencia por algo que, en teoría, ni controlan, ni producen ni dirigen y que poco tienen que ver con el arte de la televisión), el resto son refritos que ya se han visto, productos importados al por mayor y sin ton ni son desde EEUU o la basura que no entra en la tele oficial y que se tira a la de cable como mal menor.
Desgraciadamente me temo que los programadores de la tele de pago patria siguen con esa fórmula que marca el pensamiento único de tener millones de globos oculares pendientes de la pantalla, sean los que sean, y con mucha inteligencia piensan que poniendo lo mismo conseguirán lo mismo.
Paramount Comedy fue pionera en el desarrollo de programas propios y distintos que buscaban otras formas de inteligencia y ser originales (La hora chanante que acabó en Muchachada Nui, NST, Smonka,…) todo eso se ha reducido para dejar paso en la parrilla a cosas tan rabiosamente rompedoras y originales como: Doctor Mateo, Aquí no hay quien Viva, Camera Café,… Eso si, Paramount Comedy es la vanguardia y creo que es el único canal de cable que al menos hace alguna producción propia. El resto ni se molestan y se limitan a completar la planilla con artefactos varios de diversas fuentes (nunca propias).
Alguno me dirá que las series de HBO también se emiten aquí en estas cadenas y tendrá razón pero la realidad es que primero esa cadena no está precisamente localizada en San Sebastián de los Reyes así que no la cuento dentro del espacio audiovisual patrio y después que los espectadores apasionados de estas series las suelen haber visto ya en el momento de emisión y que al resto, a tenor de las encuestas de Share, pues como que se la suda un poco. ¿No será que los primeros prefieren verlo en versión original subtitulada (cosa que no se puede hacer con imagenio, por ejemplo) y que a los segundos les importa una mierda los dealers de Baltimore o las elucubraciones de un judío pijo en Manhattan (porque ni conocen ni les interesa la realidad negra ni han conocido un judío en su vida) y preferirían algo más cercano a la cultura con la que se fajan todas las mañanas?
Para qué plantearse todas estas cosas si así nos va “bien”, ¿verdad? ¿Nadie se ha dado cuenta de que si hay 3 millones de personas viendo “Amar en tiempos revueltos” y otros 3 en la competencia debe haber 15 o 20 que no están viendo la televisión? ¿Nadie ha pensado que de todos esos lo mismo hay un buen puñado que no ve la televisión porque lo que hay en ella les parece una mierda?
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